sábado, junio 21, 2014

Una solución para acabar con el Mal (Político)

Necesitamos una nueva Constitución, pero, esta vez, elaborada por las personas adecuadas.*

Vale. ¿Y quiénes son esas personas?

Para responder mejor a esa pregunta habría que averiguar qué tuvieron de malo los creadores nuestra actual Constitución. ¿Por qué la hicieron así? ¿Fue incompetencia o algo deliberado?

Nuestra Constitución es similar a otras muchas Constituciones de otros países que ya estaban en vigor antes que la nuestra. No tiene nada original, innovador, que por eso mismo pueda fallar. Es una Constitución que define el Sistema político que querían conseguir los que la hicieron.

Es decir, esas personas nos ofrecieron una mala Constitución, deliberadamente. ¿El motivo? Sólo puede haber uno, ¿no? Por interés. Iban a sacar un beneficio personal de ello.

Lo diré de otra manera para que quede más claro:
Personas que tenían o estaban en el Poder en 1978 elaboraron una Constitución no para dar Poder al pueblo (=democracia), sino para que siguieran manejando el cotarro los mismos (=oligarquía, partitocracia).

En realidad es de sentido común. Después de 40 años de dictadura... ¿los mandamases iban a ceder el Poder al pueblo así, sin más? ¿Ellos mismos iban a regalarnos una Constitución democrática?

Así que ya tenemos una pista de, al menos, quiénes no deberían participar en la elaboración de una nueva Constitución: ni los que estén en el Poder actualmente, que harían una Constitución para continuar en él, ni los que aspiren a alcanzarlo, que harían una Constitución para acceder ellos mismos al Poder en el futuro.

Por tanto, quedarían excluidos, al menos, todos los que estén ostentando en la actualidad o hayan ostentado en el pasado un cargo político (tanto por elección como por designación)**.
Además, sería necesario que todos los escogidos para participar de la redacción de la nueva Constitución quedaran inhabilitados para ocupar cualquier cargo de los anteriores durante mucho tiempo… al menos, los 20 años posteriores a la aprobación de la Constitución***.

En conclusión, que la nueva Constitución NO deben elaborarla los políticos, sino los ciudadanos, los máximos interesados en que sea una buena Constitución… para ellos mismos.

Una Constitución para el Pueblo... elaborada, como no puede ser de otra manera, por el Pueblo.

¿Suena bien, no?

Al menos, suena bien si eres “Pueblo”.



* Viene de El origen del Mal (político).

** Esta propuesta, que no es mía, en mi opinión es muy moderada. Por mi parte también excluiría a todos los cargos ejecutivos y directivos de todos los medios de comunicación (el cuarto Poder) y, por seguridad, también de Bancos y grandes empresas (todo lo que se salga de la categoría de PYME).
Es decir, fuera los actuales Poderes político, mediático y económico, que harían una Constitución para que todo siguiera como está ahora.
Y para mayor seguridad, además, excluiría directamente a todas las personas con unos ingresos actuales superiores a 50.000 euros brutos/anuales. Un pequeño porcentaje de la población de adultos de este país (el 2% más rico aproximadamente)... pero el más interesado en que nada cambie.

*** ¿Por qué 20 años? Porque es lo que propondría como vida máxima de la Constitución: un periodo de tiempo suficientemente largo como para proporcionar estabilidad pero no tan largo como para generar anquilosamiento e inmovilismo excesivos. Transcurrido ese tiempo, si no se ha hecho antes a voluntad popular, se volvería a realizar un proceso Constituyente Ciudadano para actualizar la Constitución o, simplemente, para elaborar otra nueva.

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