jueves, julio 23, 2015

Elecciones Plebiscitarias (I)

Otra vez andamos a vueltas con lo de la independencia en Cataluña.
Ahora, Convergència y Esquerra Republicana se han sacado de la manga lo de las elecciones plebiscitarias, esto es, que se presentan a las elecciones -en teoría- no para gobernar, sino para, de salir elegidos, iniciar un proceso secesionista.

La verdad es que la idea es buena.


Y dejan la decisión de si SÍ o si NO en manos de los ciudadanos catalanes. Como debe ser en democracia.

Hasta ahí, por mi parte, chapeau. Bueno, parcialmente: hay cosas que deberían ser de otra manera, pero no se pueden pedir peras al olmo.

La verdad tengo mucha curiosidad por saber qué van a decir los catalanes; por ver, para empezar, si la tortilla catalana tiene tantos huevos como la griega, como cuando, en el reciente referéndum, estos le plantaron ese pedazo de “OXI” a la Troika.


Pero mucho me temo que, aunque la tortilla catalana tenga suficientes huevos, ni Mas ni Junqueras van a estar a la altura. En mi opinión, ambos dirigentes, de ganar, se “marcarán un Tsipras”*: marearán la perdiz durante varios meses para, a la hora de la verdad, volverse con el rabo entre las piernas y transmitir a los catalanes que no es posible -no les dejan- hacer lo que prometieron hacer.

Incluso podría intervenir de nuevo la Troika para, como a Tsipras, ponerle los puntos sobre las íes a los díscolos dirigentes catalanes: en el Régimen totalitario neoliberal en el que vivimos, los súbditos no deciden; no hay referéndum ni plebiscitos que valgan; el dinero manda, el pueblo, obedece.

O sea, que hay que hacer las cosas por la vía que marca el Régimen y, si esa vía es claramente una vía muerta, o sencillamente, no hay vía, ajo y agua.

A ver si nos creemos que vivimos en una democracia.



* “Marcarse un Tsipras”:

1 Dícese de la actuación de un político o representante que pregunta a sus representados cuál es su posición para, a continuación, reunirse con los mandamases y aceptar lo contrario de lo que le han comisionado sus representados.
Incluye la presunción de que ese político o representante nunca tuvo intención de cumplir con su obligación de representante, sino que siempre fue un fiel servidor de los mandamases; que hizo el teatro correspondiente para hacer creer a sus representados que luchó ferozmente por sus intereses.

2 Acción que da lugar al reproche [en manchegurrio]:
“¿Y si ya lo tenías decidido, pa qué preguntas?

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