miércoles, julio 06, 2016

El Reajuste Mental Instantáneo: la bipolaridad orwelliana del votante (II)

España. 1984-2014.
Dos enemigos irreconciliables, antagónicos y mutuamente demonizados, odiados y temidos: PP vs PSOE.
Desde hace ya algunos procesos electorales, millones de personas acuden a las urnas para votar al PSOE, no porque este partido les represente, sino por el terror que sienten ante un potencial triunfo del PP.
Igualmente, millones de personas acuden a las urnas para votar al PP aterrorizados ante un potencial triunfo del PSOE.

2014. Hace su aparición en escena Podemos.

Diciembre de 2015. Elecciones Generales. La calculadora electoral habla: las cuentas no salen.

Rajoy:
El enemigo ya no es el PSOE. ¡El enemigo es Podemos! El PSOE es un potencial aliado. Un “pacto de Estado” es necesario. ¡Hay que defender juntos nuestra Patria, Una, Grande y Libre, frente al nuevo enemigo! ¡Odiamos a Podemos! ¡Esos malvados comunistas-terroristas-iraníes-separatistas-bolivarianos y su maligno líder rojo! ¡Te odiamos, Coletas!

Cerebro de una buena parte de los millones de votantes del PP -que seguirán votando al PP en el futuro-:
Borrado instantáneo de más de treinta años de animadversión visceral contra el PSOE.
El enemigo es Podemos. Terror. Terror.
El PSOE es potencial aliado.

RESET ALL.
Reajuste mental instantáneo. Cambio de enemigo.
ACEPTAR.



P.D.1 No descartemos lo mismo también en una parte de los votantes del PSOE en unos meses, si su partido hace posible el gobierno del PP.
¡El enemigo es Podemos! ¡Podemos es peligroso! ¡Odiamos a Podemos!

P.D.2 Y sí, vale, estos reajustes mentales “instantáneos” no lo son tanto. Los propagandistas del Régimen preparan previamente a la gente para aceptar estos cambios antes de que los hagan efectivos. La manipulación mediática es continuada. 24x7. Cada día, todos los días. Como en “1984”.
Así, cuando llega el día D, el reajuste mental se produce fluidamente. La gente acepta con normalidad una situación que un tiempo antes habría considerado impensable, intolerable.





¿Exageración? ¿Anacronismo?

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