sábado, julio 09, 2016

El Reajuste Mental Instantáneo: la bipolaridad orwelliana del votante (IV)

No voy a exponer más “cambios de enemigo”, pero en los dos siguientes casos el reajuste mental bipolar es básicamente el mismo. Diferente forma, misma esencia.
Esta situación se ha producido más de una vez en nuestra historia electoral. Incluyendo nuestra escenificación más reciente:

España. 1984-2016.

Un minuto antes de conocer los resultados electorales: seguidores de un partido con la certeza absoluta de que van a ganar las elecciones -o en su versión más suave, de que van a conseguir un resultado excelente-.

Así se lo llevan diciendo sus líderes las últimas semanas, incluso meses.
Vamos a ganar. Vamos a ganar. Vamos a ganar.

Un minuto después, han perdido.

Es difícil de aceptar que unas personas en las que habías puesto toda tu confianza, te han engañado, vendiéndote un caballo ganador, fuerte y rápido, que en realidad ha resultado ser, todo lo más, un caballo normalito, del montón. Si no un penco cojo.

Y todavía es más difícil de aceptar si quieres seguir creyendo a toda costa en el cuento de hadas. 

¡Quiero que sea un caballo ganador! - ¡Tiene que serlo! - ¡Lo es!

Así que hay que reajustar la mente. 

El líder no nos ha engañado. Seguimos creyendo en el líder. Los culpables son otros.

“¡Sabotaje! ¡Los agentes de Goldstein son los culpables!”

RESET ALL. Reajuste mental instantáneo.

Hay que buscar culpables. Es fácil. Hay mucho donde elegir.

Algunos tirarán de culpables más plausibles, como la manipulación mediática o la manipulación de las encuestas. Así, el líder, en lugar de estafador, es otra víctima, como ellos. Un líder que, cual Ave Fénix, resurgirá de sus cenizas, y superará -no se sabe cómo- las artimañas de esos que han impedido su victoria esta vez. La próxima vez, ganarán. O se autoengañarán de nuevo.

Los peores casos de ceguera fanática ni siquiera reconocerán la derrota electoral, agarrándose a cualquier excusa, como los fallos chapuceros habituales, para magnificarlos y convertirlos en el pucherazo que les ha robado la victoria segura. *

Y otros, sencillamente, echarán la culpa a cualquiera que no haya hecho lo que ellos, cualquiera que no pertenezca a su rebaño de creyentes. Abstencionistas, votantes en blanco o nulo, votantes a partidos minoritarios...

Siempre hay a mano alguien ajeno a quien culpar de los errores propios: credulidad, ignorancia, negación de la realidad.

1984. George Orwell.

¿Exageración? ¿Anacronismo?



* Nota: Pucherazo ha habido, pero ha sido el de siempre. El que está regulado en la LOREG y en la Constitución.

Lo llaman democracia, y no lo es.

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