martes, agosto 23, 2016

Autónomos - Autoesclavitud - Autogestión

Hace ya muchos años alguien me dijo que, dada mi escasa disposición a la obediencia, acabaría haciéndome autónomo.
Por aquello de “ser mi propio jefe”.
Y sí, podría parecer que tanto mi carácter como mi discurso habitual -”debemos hacerlo nosotros mismos”- tendrían que conducir irremisiblemente a la actividad laboral por cuenta propia.
Pero no ha sido así.

Ser autónomo -en lo laboral- dista mucho de eso de “ser tu propio jefe”. Para ser tu propio jefe, tienes que serlo en lo laboral, pero también en todo lo demás. En lo económico, y también en lo político.

Y, hoy en día, el autónomo español medio es alguien que, día sí, día también, obedece. Y no sólo a los clientes “importantes”, y/o a los no tan importantes. Obedece las leyes, las escritas y las no escritas -por ejemplo, las del mercado-, que le obligan, entre otras cosas, a trabajar muchas más horas de las que tendría que trabajar cualquier ser humano. Obedece a la Burrocracia, a los bancos, a los políticos, a Hacienda, a los proveedores, a las grandes superficies, a las franquicias, si las tiene... y no digamos si es un falso autónomo, figura que ahora hasta es legal (TAED). Esclavitud legalizada.

El trabajo por cuenta ajena, en España, está tendiendo, cada vez más, hacia la esclavitud. Y consecuentemente, como no podría ser de otra manera, el trabajo por cuenta propia está tendiendo, a su vez, hacia la auto-esclavitud. Lo mismo que por cuenta ajena, pero organizando uno mismo la propia servidumbre. Dando facilidades al amo.
Además de cornudo, apaleado.

Hay excepciones, claro.
Para muchos afortunados sí habrá merecido la pena. No todos los autónomos son auto-esclavos. Como tampoco lo son todos los trabajadores por cuenta ajena.
Pero tal y como lo veo yo -percepción personal-, la mayoría de unos y otros, a día de hoy, lo son. Esclavos.
Y va a ser cada vez peor.

En contraposición a la auto-esclavitud, la autogestión

Autogestión viene a ser cuando tienes autonomía laboral, económica, política... esto es, cuando eres realmente autónomo -libre-, en todos los sentidos. Plenamente.
Lo eres tú, y lo son también los demás.

La autogestión no es una conquista individual, sino colectiva.

Autónomo es “hazlo tú mismo”. Autogestión es “hagámoslo juntos”.

Una sociedad libre e igual -democrática- se construye colectivamente. Colaborando. Apoyándonos. Trabajando unidos.

Y sí, en una sociedad libre e igual, podría haber “autónomos” ganándose la vida dignamente. Todos lo seríamos, en realidad.

Autogestión. Gobierno del Pueblo. Democracia.
Hagámoslo juntos.

O sigamos cada uno a lo nuestro.
Mirándonos nuestro propio ombligo.
Y que cada palo que aguante su vela.
Ande yo caliente, ríase la gente.
Hoy por mí y mañana también por mí.
Y los demás, que se busquen la vida.

¿El resultado de esta segunda opción?
Esclavitud.
O auto-esclavitud.

Que disfrutéis de lo elegido.



"Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas,
guardé silencio,
porque yo no era comunista.
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio,
porque yo no era socialdemócrata.
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté,
porque yo no era sindicalista.
Cuando vinieron a por los judíos,
no pronuncié palabra,
porque yo no era judío.
Cuando finalmente vinieron a por mí,
no había nadie más que pudiera protestar."

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