Las banderas sirven para tapar la mierda que los poderosos no quieren que veas.
Cuanto más grandes son, y más banderas hay, más tapan.
lunes, octubre 09, 2017
sábado, octubre 07, 2017
La manifestación blanca de ciudadanos de blanco
Hace ya 11 años que comencé a escribir como “Ciudadano en blanco” para defender, desde un blog, la democracia, en unos
términos muy similares a los que hoy se utilizaban para convocar
esta “manifestación blanca” del 7-O por el diálogo. El
sentimiento y razones que me movieron a ello eran básicamente los
mismos que refleja la convocatoria para esta movilización. Mi
propósito era el mismo.
La única diferencia era que, en lugar de carteles o ropa blanca, mi llamamiento era a votar en blanco -con un matiz que ahora mismo no viene al caso-.
Hoy sigo defendiendo lo mismo. Sigo llamando al voto en blanco (o al nulo).
Y sigo convencido de que la lucha por la democracia hay que hacerla sin banderas.
Como así se ha pedido en esta “manifestación blanca”.
Sin embargo, en 2006, cuando empecé a escribir, me faltaba experiencia. Y conocimientos.
Durante todos estos años he aprendido. Mucho.
Y una de las cosas que he aprendido es que, se puede -y se debe- luchar por la democracia sin banderas, pero lo que no funciona, para nada, es hacerlo sin ideas -sin ideología-.
Salir a la calle a pedir diálogo, o democracia, sin saber qué es lo que está mal y qué habría que hacer para solucionarlo, es un gesto vacío, inútil. Un gesto bonito que tranquiliza la conciencia, pero que no vale para nada.
Puesto que “la gente tenemos que resolverlo”, hay que saber cómo resolverlo.
De cajón.
Por mi parte, como tantas otras veces, vuelvo a hacer el mismo llamamiento de siempre. El que llevo haciendo ya 11 años como “Ciudadano en blanco”.
Yo también digo “¡hablemos!”.
Hablemos de lo que está pasando. De por qué está pasando. De por qué este Sistema no funciona. Y de qué tendríamos que hacer, la gente, para solucionarlo.
La única diferencia era que, en lugar de carteles o ropa blanca, mi llamamiento era a votar en blanco -con un matiz que ahora mismo no viene al caso-.
Hoy sigo defendiendo lo mismo. Sigo llamando al voto en blanco (o al nulo).
Y sigo convencido de que la lucha por la democracia hay que hacerla sin banderas.
Como así se ha pedido en esta “manifestación blanca”.
Sin embargo, en 2006, cuando empecé a escribir, me faltaba experiencia. Y conocimientos.
Durante todos estos años he aprendido. Mucho.
Y una de las cosas que he aprendido es que, se puede -y se debe- luchar por la democracia sin banderas, pero lo que no funciona, para nada, es hacerlo sin ideas -sin ideología-.
Salir a la calle a pedir diálogo, o democracia, sin saber qué es lo que está mal y qué habría que hacer para solucionarlo, es un gesto vacío, inútil. Un gesto bonito que tranquiliza la conciencia, pero que no vale para nada.
Puesto que “la gente tenemos que resolverlo”, hay que saber cómo resolverlo.
De cajón.
Por mi parte, como tantas otras veces, vuelvo a hacer el mismo llamamiento de siempre. El que llevo haciendo ya 11 años como “Ciudadano en blanco”.
Yo también digo “¡hablemos!”.
Hablemos de lo que está pasando. De por qué está pasando. De por qué este Sistema no funciona. Y de qué tendríamos que hacer, la gente, para solucionarlo.
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viernes, octubre 06, 2017
Y el amo alza la voz
Hoy me he acordado
de mi primera experiencia laboral. El habitual grupo de jóvenes
explotado por una multinacional ávida de mano de obra barata y
complaciente.
Transcurrido tal vez
un par de años, hubo un pequeño conato de rebelión. Poca cosa, muy
moderadamente, tan sólo una respetuosa petición colectiva de que
“nos dejaran tranquilos”. Sin ánimo de dejar de echar horas
extra sin cobrar, a tanto no se llegaba. La gente quería conservar
el trabajo, pero el tema del maltrato psicológico no lo estaba
llevando demasiado bien.
Pero incluso eso fue
demasiado para los de arriba. Pasando por encima del Director del
Centro, al que tal vez consideraron demasiado blando, enviaron desde
Madrid al gran sheriff, el Director de Recursos Humanos a nivel
nacional, para restaurar el orden entre la díscola masa trabajadora local.
Y puso orden, claro.
Todo volvió a su cauce. Los jóvenes curritos agacharon
sumisamente la cabeza y volvieron a su tarea, sin volver a repetir
tamaña muestra de rebeldía.
Me ha venido a la
cabeza este recuerdo -más o menos distorsionado por el tiempo-,
cuando he visto la noticia de la amenaza de bancos y grandes empresas
catalanas.
Me ha dado la impresión de que, ha llegado el momento de que se llame al orden a las revueltas masas de independentistas (y no independentistas) catalanes, que han tenido la osadía de pretender tomar por sí mismos una decisión que, en nuestro “democrático” Régimen, siempre ha estado ya tomada desde arriba.
Me ha dado la impresión de que, ha llegado el momento de que se llame al orden a las revueltas masas de independentistas (y no independentistas) catalanes, que han tenido la osadía de pretender tomar por sí mismos una decisión que, en nuestro “democrático” Régimen, siempre ha estado ya tomada desde arriba.
El pueblo debe
acatar y servir, y no pretender tomar decisiones. Eso ya lo hace el
amo, por medio de sus leales esbirros, los políticos profesionales.
Que con esto de las
masas me refiero a la gente, claro, no a los políticos del PDeCat,
los cuales, igual los amos han considerado que no han sabido
controlar adecuadamente a la plebe.
Y por eso ha llegado
la hora de que el amo alce la voz, y ponga al populacho en su lugar.
El amo en persona.
La oligarquía económica. Quienes realmente gobiernan en Cataluña.
Y en España.
Y en España.
Demostrando quién manda aquí.
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lunes, octubre 02, 2017
"Si votar sirviera de algo, estaría prohibido" (y II)
A veces la realidad te devuelve tus propias palabras dándote en todos los dientes. Otras veces, te llevas una grata sorpresa.
Hace algo más de dos años escribía sobre ese dicho que dice que "si votar sirviera de algo, estaría prohibido".
Y vaya, ayer, 1 de octubre, en Cataluña, resulta que votar estaba prohibido.
Hace algo más de dos años escribía sobre ese dicho que dice que "si votar sirviera de algo, estaría prohibido".
Y vaya, ayer, 1 de octubre, en Cataluña, resulta que votar estaba prohibido.
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viernes, septiembre 29, 2017
Referéndum en el barrio del Torreón
Los vecinos del barrio del Torreón están cabreados. Son muchos años ya de sufrir una situación de agresión continuada, cada jueves, viernes y sábado por la noche, más fiestas adicionales.
Los gobiernos municipales no solo no han actuado para proteger a los vecinos, al contrario, han favorecido el crecimiento y la consolidación del barrio como zona de ocio nocturno.
El pasado jueves se tomaron una serie de decisiones en el pleno relativas a esta cuestión.
Voy a especular un poco.
Voy a suponer que, pasado un tiempo prudencial, pese a esas decisiones del gobierno local, la situación de los vecinos del barrio no mejora.
Es un suponer.
Voy a suponer también que los vecinos recurren a la vía judicial, pero, dado que la Justicia nunca ha sido igual para todos, no da frutos.
Y sigue pasando el tiempo y todo sigue igual o peor.
Y voy a suponer que, en ese punto, una buena parte de los vecinos del Torreón llegan a tal nivel de cabreo y desencanto que deciden celebrar una consulta en el barrio para decidir si cierran todas las discotecas del barrio.
Así, unilateralmente. ¡Manda huevos!
No tienen poder legal para ello, pero lo deciden de todas maneras.
Un referéndum únicamente para los vecinos del barrio del Torreón, naturalmente. Es su barrio.
Que es bien posible que a los vecinos de los demás barrios les interese mantener las discotecas en el Torreón. Pero no les corresponde a ellos tomar esa decisión, precisamente porque las discotecas no están en sus barrios: están en el barrio del Torreón.
Por tanto, la decisión es de los vecinos del Torreón.
O eso voy a suponer que dirían los vecinos del Torreón.
Y se ponen a ello.
Y resulta que, aunque incluso una buena parte de los vecinos del Torreón están cómodos con las discotecas, se intuye una posibilidad de que en ese referéndum salga el SÍ: hay muchos vecinos muy cabreados.
Pero al gobierno municipal no le cuadra.
Así que, recurriendo a la legalidad vigente, el gobierno municipal prohíbe el referéndum. Envía a jueces y policías contra los vecinos del Torreón, confisca sus papeletas, su propaganda, sus urnas, les amenaza con multas con muchos ceros.
Pero los vecinos se ponen tercos, e insisten. Y el ayuntamiento hace venir a policías de Albacete para reforzar a los de aquí, que empiezan a parecer pocos. Los albaceteños leales los jalean al salir: ¡a por ellos!
Llegado a ese punto, algunos vecinos del resto de barrios de Ciudad Real, para mostrar su apoyo al gobierno municipal y a la legalidad vigente, ponen la bandera del municipio de Ciudad Real en la terraza.
No va a pasar, claro, esto es un pequeño cuentecillo de ficción política.
Pero por si acaso, voy a ver si me hago con una bandera local.
Los gobiernos municipales no solo no han actuado para proteger a los vecinos, al contrario, han favorecido el crecimiento y la consolidación del barrio como zona de ocio nocturno.
El pasado jueves se tomaron una serie de decisiones en el pleno relativas a esta cuestión.
Voy a especular un poco.
Voy a suponer que, pasado un tiempo prudencial, pese a esas decisiones del gobierno local, la situación de los vecinos del barrio no mejora.
Es un suponer.
Voy a suponer también que los vecinos recurren a la vía judicial, pero, dado que la Justicia nunca ha sido igual para todos, no da frutos.
Y sigue pasando el tiempo y todo sigue igual o peor.
Y voy a suponer que, en ese punto, una buena parte de los vecinos del Torreón llegan a tal nivel de cabreo y desencanto que deciden celebrar una consulta en el barrio para decidir si cierran todas las discotecas del barrio.
Así, unilateralmente. ¡Manda huevos!
No tienen poder legal para ello, pero lo deciden de todas maneras.
Un referéndum únicamente para los vecinos del barrio del Torreón, naturalmente. Es su barrio.
Que es bien posible que a los vecinos de los demás barrios les interese mantener las discotecas en el Torreón. Pero no les corresponde a ellos tomar esa decisión, precisamente porque las discotecas no están en sus barrios: están en el barrio del Torreón.
Por tanto, la decisión es de los vecinos del Torreón.
O eso voy a suponer que dirían los vecinos del Torreón.
Y se ponen a ello.
Y resulta que, aunque incluso una buena parte de los vecinos del Torreón están cómodos con las discotecas, se intuye una posibilidad de que en ese referéndum salga el SÍ: hay muchos vecinos muy cabreados.
Pero al gobierno municipal no le cuadra.
Así que, recurriendo a la legalidad vigente, el gobierno municipal prohíbe el referéndum. Envía a jueces y policías contra los vecinos del Torreón, confisca sus papeletas, su propaganda, sus urnas, les amenaza con multas con muchos ceros.
Pero los vecinos se ponen tercos, e insisten. Y el ayuntamiento hace venir a policías de Albacete para reforzar a los de aquí, que empiezan a parecer pocos. Los albaceteños leales los jalean al salir: ¡a por ellos!
Llegado a ese punto, algunos vecinos del resto de barrios de Ciudad Real, para mostrar su apoyo al gobierno municipal y a la legalidad vigente, ponen la bandera del municipio de Ciudad Real en la terraza.
No va a pasar, claro, esto es un pequeño cuentecillo de ficción política.
Pero por si acaso, voy a ver si me hago con una bandera local.
¡Por la unidad del municipio y el ocio nocturno en el Torreón!
¡Viva Ciudad Real!
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lunes, septiembre 25, 2017
Así es como se lucha (y VI)
"Un
ejército victorioso gana primero y entabla la batalla después; un
ejército derrotado lucha primero e intenta obtener la victoria
después.
Esta es la diferencia entre los que tienen estrategia y los que no tienen planes premeditados."
Sun Tzu. “El arte de la guerra”
Esta es la diferencia entre los que tienen estrategia y los que no tienen planes premeditados."
Sun Tzu. “El arte de la guerra”
Luchar por luchar no
tiene sentido.
Luchar para intentar obtener la victoria.
Luchar estando derrotado de antemano.
Luchar para perder.
Es un sacrificio inútil de tiempo, de recursos, de vidas.
Luchar para intentar obtener la victoria.
Luchar estando derrotado de antemano.
Luchar para perder.
Es un sacrificio inútil de tiempo, de recursos, de vidas.
El 15M fue un
magnífico ejemplo de a donde conduce el entusiasmo sin estrategia,
el corazón sin cabeza.
Unos gritos y unos
días de ocupación en la plaza.
Asambleas para
muchas cosas, casi todas inútiles.
Mucho tiempo,
recursos, energías y esperanzas malgastadas.
Para al final,
volver al redil, esto es, a las urnas, a votar a los mismos perros,
con distintos collares.
Para ese viaje no
hacían falta alforjas.
Con esta batalla en el Hospital del Bierzo, ha ocurrido ya lo mismo: han sido desalojados por la policía tras dos meses de encierro baldío.
Y con lo del muro de Murcia. 30 años de lucha estéril. Y suma y sigue.
Y con lo de Linares contra el desempleo brutal que sufren.
Y con los que piden
una Sanidad digna en Algeciras.
Y... ¿pasará
también con la plataforma de reciente creación en nuestro Ciudad Real?
¿O con lo del
referéndum?
Si queremos cambiar
las cosas, necesitamos saber en qué mundo vivimos.
Quién nos gobierna.
Cómo y con qué
armas nos dominan.
De qué forma se
pueden contrarrestar esas armas.
Con qué fuerzas
contamos.
Cuáles son nuestras
fortalezas, nuestras debilidades.
Qué tenemos que
hacer para ganar.
Necesitamos una estrategia ganadora, realista y factible.
Y así, primero
ganamos, y luego, salimos, a la calle, a por la victoria.
Así es como se
lucha, y así es como se gana.
sábado, septiembre 16, 2017
Así es como se lucha (V)
Piensa en global,
actúa en local.
Es correcto, pero
como todo en esta vida, no se puede tomarse como un rígido dogma de
obligado cumplimiento.
A veces pensar en
global implica actuar en global.
La lucha por los
derechos de los usuarios de la Sanidad del Bierzo se ha planteado
como una lucha local: un grupo de vecinos se encierra para defender su derecho a una atención sanitaria mínimamente digna.
Y su lucha podría
funcionar si su enemigo fuera un enemigo de entidad igualmente local.
Pero no lo es.
El Gerente del
Hospital del Bierzo no es un psicópata aislado que disfruta matando
y torturando berzianos. Por el contrario, es un administrador que
obedece órdenes de otros que mandan más que él: los políticos. Y
estos, a su vez, obedecen órdenes de la oligarquía económica, que
es la que realmente ostenta el Poder, en España, y en el actual
mundo globalizado.
El enemigo es un
enemigo global.
El deterioro
deliberado de la atención sanitaria en España es generalizado. Es
consecuencia de las políticas privatizadoras que convienen al Poder
económico global.
Y en lo que respecta
a la ejecución de esas políticas, los gerentes del Hospital del
Bierzo -sea este de ahora, sus antecesores o sucesores- no están
solos. Cuentan con el respaldo del gobierno que les ha colocado ahí.
Con los recursos de ese gobierno (esto es, de un Estado). Con el
apoyo de los grandes medios de comunicación. Con el apoyo del
dinero. Con una aparente “democracia” de su lado. Etc.
Y en oposición a
todo ello, un puñado de berzianos cabreados.
No hay color.
No podemos ganar una
guerra global a nivel local, actuando cada pequeño
grupo de combatientes como buenamente puede y siente.
Hay que luchar en
todas partes a la vez, en todos los frentes, todo el tiempo. Unidos,
coordinados, organizados. Con conocimiento. Con estrategia.
Hoy en día un grupo
de usuarios del Bierzo luchan por sus derechos encerrados en un
hospital. Guerra global, pero lucha local: lucha perdida.
Pero... ¿y si ese
grupo de usuarios del Bierzo formaran parte de un gran colectivo o
comunidad global de personas que defienden la dignidad, la vida... y por tanto... la
democracia?
En ese caso, esas
pocas personas lucharían -actuando localmente- por su salud, pero
también estarían luchando por el objetivo común de todo el
colectivo al que pertenecen, y al que defienden.
Y su fuerza, su
credibilidad, sería la de todo el colectivo. No serían ya sólo un
puñado de berzianos cabreados. Seríamos miles, decenas de miles, y
algún día, cientos de miles de ciudadanos luchando por nuestra
salud, nuestras vidas, nuestra dignidad.
En esas condiciones,
no habría sólo un único encierro en un único hospital. Habría
miles de encierros, ocupaciones, tomas de plazas, por todas partes.
Los usuarios
encerrados en el Hospital del Bierzo no estarían solos. No estarían
como están ahora. Con poco más que unas palabras de apoyo -eso
cuesta poco-, de unos pocos, aquí y allí, sin que vaya a venir nada
detrás de esas palabras.
En realidad es de sentido común. Como todo lo que escribo. La cuestión es... ¿por qué no lo estamos haciendo así? ¿Por qué no nos organizamos?
Es una guerra
global. Y debe ganarse globalmente.
Actuando localmente
-casi siempre-, pero también, puntualmente, actuando a nivel global.
Unidos, coordinados,
organizados.
Esta guerra es de
todos los seres humanos decentes -y conscientes-.
Por la Dignidad, por la Vida, por la Democracia.
Contra la Ignorancia, contra el Egoísmo, contra la Codicia, contra el Poder.
Y todos juntos tenemos que ganarla.
Por la Dignidad, por la Vida, por la Democracia.
Contra la Ignorancia, contra el Egoísmo, contra la Codicia, contra el Poder.
Y todos juntos tenemos que ganarla.
“Cuando la clase obrera se organice en un cuerpo capaz de asumir acciones cada vez más numerosas y unificadas, habrá llegado la hora de la revolución, toda vez que el capitalismo sólo puede dirigir a individuos desorganizados.
En
este escenario, la organización en sindicatos y partidos,
originaria del capitalismo en ascenso, ya no tendrá la menor
utilidad... Para desarrollar el combate será necesario, pues, que
surjan nuevas formas de organización.”
Anton Pannekoek
Anton Pannekoek
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sábado, septiembre 09, 2017
Así es como se lucha (IV)
La atención
sanitaria en el Hospital del Bierzo deja mucho que desear, a
consecuencia de las políticas de privatización de la Sanidad. Un grupo de usuarios se encierra para reivindicar algunas mejoras esenciales.
Pero el Hospital del
Bierzo tiene un Gerente, cargo nombrado por un gobierno del PP
respaldado, en las urnas, por los votos de medio millón de
castellano-leoneses.
Y no sólo por
ellos. El gobierno del PP de Castilla-León es producto de unas
elecciones cuyos resultados han sido aceptados por todos aquellos que
han votado a un partido político para que les representara en las
Cortes Regionales. Esto es, que el gobierno del PP en Castilla y León
es producto de unas elecciones validadas por los votos de un millón trescientos mil castellano-leoneses.
Y más allá, está
el gobierno nacional, las Cortes Generales y un Sistema Electoral
respaldado, en España, por los votos de cerca de 24 millones de
españoles.
Una mayoría de
votos que respaldan un Sistema político que admite y produce esa
privatización de la Sanidad.
Y así funciona la
democracia, o eso dicen por la tele.
La gente expresa “su
voluntad” “respetuosamente” en las urnas, elige un
“representante” cada cuatro años, y al que no le gusta lo que
hacen los gobiernos, puede protestar, pero no tienen por qué hacerle
caso, porque para eso ya están las urnas. Ajo y agua.
Algunos no lo vemos
así, claro. Algunos sabemos que no vivimos en democracia. Y unos
pocos, poquísimos, sabemos que el sistema de representantes siempre
fue oligarquía, que últimamente ha sido “convertido”
mágicamente en democracia a costa de repetirlo una y otra vez por
los medios de propaganda.
Pero la mayoría
cree los dogmas de la tele. Y vota.
Y los que votan, no
luchan. No se suman -de forma permanente- a ningún encierro,
ocupación, huelga indefinida...
Los que no votamos y
estamos dispuestos somos muy, muy pocos. No somos suficientes.
Para que algún día
seamos suficientes, una parte de la gente que hoy vota tiene que
dejar de hacerlo, para, en cambio, luchar, trabajar, construir.
Tenemos que hacer
que esos -unos pocos, una parte- dejen de creer.
Es esencial, si
queremos cambiar las cosas. Si queremos que, en lugar de luchar y
perder, luchemos y ganemos.
Es un trabajo tan
fundamental, tan necesario, tan importante, que debe hacerse todo el
tiempo, en todo lugar, por todos aquellos que tengamos claro que el
Sistema es parte del problema.
También en cada
encierro, ocupación, acción directa.
Lo llaman
democracia, y nunca lo ha sido.
Es por ello por lo que debemos luchar en la calle. Encerrarnos en un hospital, tomar las plazas.
Es por ello que votar no sirve.
Es por ello por lo que debemos luchar en la calle. Encerrarnos en un hospital, tomar las plazas.
Es por ello que votar no sirve.
Pero si no lo
decimos, si nos limitamos a ocupar los espacios sin explicar por qué
tenemos que hacerlo, ¿qué legitimidad tenemos? ¿Por qué
tendríamos que ser escuchados?
¿Y por qué la
gente tiene que aceptar eso de que “la lucha es el único camino”?
¿Acaso no tenemos las urnas y la “democracia” para cambiar
“civilizada y respetuosamente” las cosas que se hacen mal?
Esta omisión es
algo en lo que hoy en día fallan absolutamente todos aquellos grupos
que defienden la acción directa.
Actúan en su
ámbito, pero no conciencian. No denuncian la farsa. No hacen nada
por romper el adoctrinamiento. No justifican la legitimidad
democrática de la lucha en la calle. No denuncian la ilegitimidad
democrática de instituciones y parlamentos.
Hay que repetirlo
una y otra vez. Explicarlo. Hablar a la gente de política. Educar.
Concienciar.
Todo el tiempo, en
todas partes.
El que lo vaya
entendiendo, al que podamos desprogramar, podría estar dispuesto a
ir más allá, y luchar.
Y algún día, tal
vez, podríamos ser suficientes.
La GRAN ESTAFA ELECTORAL es uno de los factores clave que permite al Régimen
mantenerse sólidamente pese a todo el mal que hace. Los mandamases lo
saben, por eso utilizan cada día sus medios de propaganda para
repetir una y otra vez que tenemos “democracia” -últimamente lo
repiten mucho más de lo habitual, lo habréis notado, supongo-.
Si no actuamos
también ahí, contra esa manipulación, ya hemos perdido.
"Una dictadura
perfecta tendría la apariencia de una democracia, pero sería
básicamente una prisión sin muros en la que los presos ni siquiera
soñarían con escapar. Sería esencialmente un sistema de
esclavitud, en el que, gracias al consumo y el entretenimiento, los
esclavos amarían su servidumbre."
Aldous Huxley
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lunes, septiembre 04, 2017
Así es como se lucha (III)
Sigo con el caso de
los usuarios de la Sanidad Pública encerrados en el Hospital del Bierzo. Hacen lo que tienen que hacer. Pero -en mi opinión- van a
perder. ¿Por qué?
El primer factor
clave ya lo comenté en el primer artículo: no
puede haber más plazo de finalización de la lucha que el de la
consecución de las reivindicaciones.
Y repito,
consecución de las reivindicaciones, no de compromisos o promesas.
Las promesas de un político no valen nada, bien que lo sabemos ya.
Y llegar a eso
significa muchísimo tiempo de lucha.
Es algo que tal vez
algunos saben (“no tenemos prisa”), pero pienso que no son
realmente conscientes de las implicaciones de esa larga, larguísima
duración.
La lucha no tiene
plazo de finalización.
Esto es, que la
acción debe planificarse para durar de forma indefinida.
O lo que es lo
mismo, como si fuera a ser para siempre.
Eso implica
organización.
Y como parte de esa
organización, en el caso de un encierro, como mínimo, debe existir
una planificación de turnos.
El mismo grupo de
personas no va a aguantar encerrados toda la vida. Hay que hacer
relevos.
¿Qué personas
concretas van a estar presentes en el encierro de día y de noche,
hoy, mañana, pasado mañana... el año que viene?
Si el encierro se
plantea de duración indefinida, deben estar planificados los turnos
con mucha antelación. Cuánto más, mejor.
Para unas
reivindicaciones de este calado, un año no sería demasiado.
El hecho de poder anunciar públicamente, en septiembre de 2017, que ya está programado
quienes van a estar encerrados en septiembre de 2018, con nombres y
apellidos, aporta una fortaleza y una credibilidad enormes a la
acción.
No poder afirmarlo,
evidencia la debilidad del grupo: “son cuatro gatos”.
Y cuatro gatos se
pueden ignorar: “ya se cansarán”.
Incluso se les puede
echar a patadas, llegado el momento oportuno: “son cuatro gatos, no
representan a los vecinos”.
Así que hay que
planificar turnos. Dejar claro, a los de fuera, pero también a los
de dentro, que el encierro es permanente.
Y además, hay que
sumar vecinos a la lucha: una mañana cada tres meses, una tarde a la
semana, las noches de una semana al año... lo que cada uno pueda,
pero que se sumen.
Para sostener el
encierro indefinidamente, pero también porque la lucha es de todos.
Si se consigue ese
objetivo, si se puede afirmar -hoy- que hay personas dispuestas a
mantener el encierro al menos un año... si todos tienen claro y son
plenamente conscientes de lo que implica que la ocupación sea
indefinida... entonces, tal vez, se pueda ganar.
Y así es como se
lucha: para ganar.
- 3 personas para mantener el encierro por la noche.
- 5 por la mañana.
- 5 por la tarde.
Eso hacen 13 al día. 91 a la semana si todas hacen un turno semanal. 100 por tener margen.
100 personas, como
mínimo. Concienciadas y dispuestas a quedarse ahí permanentemente,
haciendo un turno de 8 horas a la semana.
Lo que hace falta
para empezar a considerar que se puede ganar una batalla como esta.
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jueves, agosto 31, 2017
Así es como se lucha (II)
En el artículo
anterior ponía como ejemplo de lucha el encierro de usuarios de la Sanidad Pública en el Hospital del Bierzo. Llevan ya 38 días.
Lo que hacen, lo
están haciendo bien. Y sin embargo, eso no basta.
Para que esta acción
tenga alguna utilidad, y de paso, para que pueda servir como
inspiración para otras -y extender la lucha-, debe pasar algo más.
Por lo pronto, deben
ganar.
Voy a ser optimista,
intentando ponerme en el mejor de los casos: que consigan prologar el
encierro mucho, mucho tiempo, lo suficiente como para forzar una
negociación.
Por supuesto, a
nivel general no hay nada que rascar, ni en relación a las Unidades
de Gestión Clínica, ni a las leyes estatales que validan la
privatización. Demasiado premio para una lucha local.
Pero esto ya lo saben los encerrados. Las reivindicaciones generales están
ahí como denuncia, pero lo que se lucha realmente son las
reivindicaciones de su hospital.
En cuanto a eso,
¿qué cabe esperar?
Tal vez podría
conseguirse alguna de las reivindicaciones menores de forma
inmediata:
- Algunas reformas y
reparaciones en el hospital, que al parecer hacen mucha falta.
- Reapertura de una
parte de las camas cerradas.
- Tal vez incluso
alguna contratación de personal, lo más necesario.
Para las restantes
reivindicaciones, los políticos podrían ofrecer un compromiso de
satisfacerlas paulatinamente, en la medida de lo posible, lo antes
posible, reservando una partida del presupuesto a partir del año que
viene, etc.
Naturalmente, en
cuanto el encierro se disuelva, lo prometido se disuelve con él.
Hasta aquí todos
deberíamos llegar. Sería un error muy grave contar con que los
políticos cumplan con sus promesas, por mucho que estén escritas y
firmadas. Ya tenemos experiencia de sobra como para tener claro que
no lo van a hacer.
Y precisamente por
ello, si al final se consiguiera ese acuerdo, el encierro no se
podría disolver hasta que todas las reivindicaciones -o al menos,
las que se consideren irrenunciables- estuvieran ya satisfechas, esto
es, con el personal adicional necesario contratado y en
funcionamiento.
Y ello implica
prolongar el encierro todavía más. Estamos hablando de muchos
meses, incluso, probablemente, años.
Pero la experiencia
me dice que los encerrados -en su mayor parte- optarían en
este caso por aceptar de inmediato el “acuerdo firmado” y cesar
el encierro. Principalmente, por el desgaste, que pasará factura
tarde o temprano. Ese desgaste provocará que los encerrados estén
cada vez más receptivos a un posible acuerdo con más promesas que
realidades.
Y caerán en la
trampa.
Y no habrán
obtenido nada.
Porque esas
reivindicaciones menores que, en el mejor de los casos, podrían ver
cubiertas, lo normal es que sean medidas que los políticos del PP
iban a tomar de todas maneras. Entre otros motivos, por
electoralismo: algo hay que hacer para sacar votos, no todo pueden
ser promesas incumplidas.
Y así lo venderá
el PP a sus votantes: “qué buenos y eficientes somos que pese a
que no hay dinero priorizamos la atención sanitaria, algo que
siempre pensamos hacer, porque la salud de los ciudadanos es lo
primero y tal y Pascual”.
Los demás partidos
-la oposición- venderán que lo que se ha hecho es gracias a su
presión, por medio de la plataforma clientelar de turno,
que por supuesto no ha apoyado nunca el encierro, y que ya hace
tiempo llegó a un acuerdo con el Gerente Regional de Salud, con su
compromiso correspondiente.
Y algún partido
además se llevarán unos réditos extra por haber apoyado el encierro -con la boca pequeña, ya que no les interesa que este tipo
de acción se extienda-, algo inútil en cuanto a conseguir
las reivindicaciones, pero suficiente para cubrir las apariencias y
seguir engañando a unos cuantos de sus seguidores más radicales -y
más cándidos-.
Los partidos, al
final, sacarán tajada del encierro. Todos ellos. Tienen los medios
de comunicación para presentar los hechos a su conveniencia. Y para
ocultar lo que les interese ocultar.
A los encerrados, en
cambio, en cuanto abandonen el Hospital, se les ninguneará y se
minimizará su aportación hasta quedar prácticamente en nada.
Incluso el éxito que podría suponer forzar a la administración a
negociar con ellos se diluirá debido a la posterior ausencia de
resultados.
Y los vecinos,
volverán a votar las próximas elecciones.
Y todo seguirá
igual.
Y sí, cuando los
encerrados sean conscientes de la tomadura de pelo, algunos querrán
volver a encerrarse. Pero ya no podrán hacerlo.
Porque, primero,
habrán perdido apoyo. El fracaso pasa factura. La gente deja de
creer en la acción directa si esta se utiliza y no produce
resultados.
Y segundo, el
desgaste también habrá pasado factura. Muchos pensarán: “yo ya
he cumplido, ahora le toca a otro”.
Pero no habrá
“otro”, porque todo el mundo está pensando lo mismo: “qué
bien está eso del encierro, de tomar la plaza, de la lucha en la
calle... mientras el que haga los sacrificios no sea yo”.
O la otra versión:
“que otro luche, que yo, voto”.
Tal vez me
equivoque. ¡Ojalá! Pero por mi experiencia no veo que pueda acabar
con éxito una acción como esta, en estos tiempos... a menos que se
haga algo más, algo nuevo que cambie este final.
Hay que adaptar la
lucha a nuestra realidad, a las circunstancias que vivimos hoy.
Acciones que hace
100 años, o hace 40... podían funcionar, hoy no funcionan. El Régimen ha
evolucionado, ahora tiene armas mucho más poderosas, muchos más
recursos, muchos más medios. Donde antes podíamos ganar, ahora ya
no podemos.
A no ser que
nosotros evolucionemos también.
Así, que, pregunto:
¿qué es lo que habría que hacer para que este final no se hiciera
realidad?
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lunes, agosto 14, 2017
Así es como se lucha (I)
Ponferrada, martes
15 de agosto de 2017: un grupo de combativos ”usuarios de la
Sanidad Pública” lleva 23 días de encierro “contra la privatización de la Sanidad”, en el Hospital del Bierzo, centro de
referencia de su comarca.
Supongo que no
habréis sabido nada de ello, porque la noticia ha sido censurada en
la práctica totalidad de medios de comunicación, más allá de unas míseras menciones en medios locales. Y hay buenas
razones para ello.
Este encierro es un
ejemplo de cómo debería ser la lucha por nuestros derechos, a día de
hoy, en la España del 2017:
Una lucha a base de
ejercer presión en “la calle”, nuestro terreno, el lugar donde
hay que luchar, el lugar donde el pueblo puede tener fuerza.
No en las
instituciones, los parlamentos o los gobiernos, que no son nuestros,
ni nos representan, ni los controlamos, ni nos sirven. Ese es el
terreno del Poder económico, sus siervos, sus secuaces.
En los parlamentos tenemos todas las de perder. En la calle, tal vez, podríamos ganar.
Una lucha de ciudadanos, sin
partidos políticos, sin sindicatos de “representantes”,
organizaciones todas ellas al servicio del Poder económico. Son sus
herramientas, no las nuestras. Y su finalidad es precisamente
llevarnos a su terreno, las urnas -al paso que nos dividen-, y
sacarnos del nuestro, la calle.
Una lucha haciendo daño donde duele, sacando a la luz las vergüenzas del Régimen, aquello que se quiere ocultar. Y no sólo me refiero al maltrato inhumano y criminal a las personas, sino sobre todo a la causa, a esa privatización sibilina de la Sanidad, legalmente refrendada, que tiene lugar desde hace muchos años ya, en todas partes, y que TODOS los partidos políticos apoyan y han apoyado siempre (Ley 15/97, Unidades de Gestión Clínica...).
Y finalmente, una lucha sin plazo,
una lucha de duración INDEFINIDA.
No puede haber más
plazo de finalización de la lucha que el de la consecución de las
reivindicaciones, esto es, en este caso, la garantía y consolidación
de nuestros derechos.
Al contrario de las
inútiles manifestaciones puntuales o huelgas de un día, acciones
todas ellas sin fuerza alguna que no ejercen la menor presión sobre
el Poder.
Ponerle plazo a una
huelga, o a un encierro, no tiene el menor sentido, porque huelgas y
encierros son una acción de desgaste, esto es, que gana el que más
aguanta. Se puede decidir de antemano cuándo se inician, pero no
cuándo se terminan.
Ponerle plazo a una
huelga, o a un encierro, o a una acción cualquiera, equivale a
anunciar al enemigo cuándo se nos acaba el fuelle, cuándo nos vamos
a dar por derrotados.
Así que ahí
tenéis, así es como se lucha.
O casi, porque la
lucha, para ser eficaz, necesita todavía algo más.
Pero
por hoy me quedaré con lo positivo. Con el ejemplo que nos da esta
“Asamblea de Usuarios de la Sanidad Pública de El Bierzo y
Laciana”.
Si quisiéramos cambiar las cosas, lo que están haciendo en el Hospital de El Bierzo, tendríamos que hacerlo en todas partes.
Bravo por ellos.
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lunes, julio 31, 2017
Otro ejemplo más de manipulación
31 de julio de 2017.
Telediario de las 15:00 de La 1.
Canal “público”
que pagamos todos.
“Noticia” del
día sobre el referéndum catalán.
Portavoces del PP y
de C's soltando sus consignas. No entraré en detalle sobre la excusa
del día porque vienen a repetir básicamente lo mismo todos los
días.
Por supuesto, no se
da oportunidad de réplica a la otra parte, JxSí y CUP, aunque son
claramente parte implicada y son atacados tanto por PP y C's como por
los propios comentaristas que dan la noticia "imparcial y objetivamente": en La 1, JxSí y CUP
tienen asignado el papel de “malos” en el Spaguetti Western
catalán.
De paso,
aprovechando la coyuntura, también se ataca al PSOE -por su
inacción-, al cual tampoco se le da oportunidad de defenderse. En
este momento, en La 1, el PSOE también es de los “malos”.
Es un ejemplo
modélico de manipulación. De libro.
Por un lado, al dar
voz sólo a una de las partes, sesga la información en su favor.
Una y otra vez. Día tras
día.
Hoy, La 1 es un canal
de propaganda 24x7 en favor de PP y C's. Propaganda gratuita -para
ellos-, pero que nos sale bien cara al resto de los españolitos.
Por otro lado, la guinda, la enésima repetición de lo de que en “democracia”, si así lo dice tal o cual ley, la gente no tiene derecho a decidir directamente, en referéndum.
Por otro lado, la guinda, la enésima repetición de lo de que en “democracia”, si así lo dice tal o cual ley, la gente no tiene derecho a decidir directamente, en referéndum.
¡En democracia la
gente no puede votar!
¡Alucinante!
Y muchos, se lo
tragan. A tal nivel de ignorancia llegamos.
Una versión,
adaptada al caso catalán, de las palabras “nuestra democracia”,
que se repiten decenas de veces cada día en prácticamente todos los
medios de comunicación.
“En nuestra
democracia...”, “...en democracia...”, “...vivimos en una
democracia...”, “...gracias a nuestra democracia...”, etc.
Si una mentira se
repite suficientemente, acaba por “convertirse” en verdad.
“Principio de orquestación”. Goebbels.
En fin, que es sólo
un ejemplo, uno entre los muchos que nos inoculan cada día. Desde hace 40 años.
Podría escribir
decenas de artículos como este todos los días, si tuviera tiempo.
Porque la inmensa mayoría de las informaciones políticas de los
grandes medios de comunicación son así. Sesgadas. Falsas, incluso
cuando dicen algo que es cierto, ya que no hay mayor mentira que una
media verdad.
Lo llaman
democracia, y nunca lo ha sido.
P.D. Como curiosidad, la “noticia” siguiente era sobre el PSOE. Salía una imagen de los mandamases reunidos, y tras ellos, en la pared, en letras bien gordas, el lema de la actual “regeneración” -¿o es degeneración?- del PSOE: “Somos la izquierda”.
Si una mentira se
repite suficientemente, acaba por “convertirse” en verdad.
Y, hoy en día, dado que
es prácticamente imposible distinguir un gobierno del PSOE de uno
del PP, tienen que repetirla mucho, mucho, para que algunos de sus
votantes se la crean.
Así que repitan conmigo: Somos la izquierda, somos la izquierda, somos la izquierda. Vivimos en democracia, vivimos en democracia, vivimos en democracia. Amén.
Así que repitan conmigo: Somos la izquierda, somos la izquierda, somos la izquierda. Vivimos en democracia, vivimos en democracia, vivimos en democracia. Amén.
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viernes, julio 28, 2017
¿Por qué la gente todavía apoya al "partido de la corrupción"?
Cuesta entender que,
a estas alturas de la película, varios millones de españolitos de a
pie todavía mantengan su apoyo al “partido de la corrupción”.
Más aún teniendo una alternativa ideoĺógica prácticamente
idéntica a la que trasladar su apoyo.
Lo cierto es que los
votantes fieles del PP tienen sus razones. Motivos diferentes a que
“son idiotas” o que “son malas personas”, como algunos
repiten irreflexivamente por ahí. Yo destacaría el miedo,
fundamentalmente, el voto útil y el conservadurismo -por la edad-.
Sin embargo, pese a
existir esos y otros motivos para votar al PP, muchos no-votantes de
ese partido piensan que es evidente que la corrupción generalizada
es lo suficientemente nociva como para anular cualquier otra
consideración, y no entienden cómo los votantes del PP no lo ven.
Y sin embargo, no es
tan difícil de entender.
Si una persona vota
al Partido X -el que sea-, es porque piensa que los demás son peores
opciones.
De perogrullo, ¿no?
La información que
maneja el votante del PP le lleva a considerarlo la mejor opción -o
al menos, la menos mala-.
Y de igual manera,
la información que maneja el votante de, por ejemplo, Podemos, le
lleva a considerarlo la mejor opción -la menos mala-.
Y con los demás, lo
mismo.
Es tan sencillo como
eso. La gente vota en función de la información que tiene.
Y... ¿por dónde
llega esa información a las personas?
Obvio también: por
medio de los grandes medios de comunicación. Especialmente, la televisión.
Los medios de
manipulación del Régimen aportan la motivación necesaria y
suficiente para mantener el volumen actual de votos concentrado en un
reducido grupo de partidos.
Unos medios dirigen los votos a unos
partidos, otros a sus presuntos competidores.
Y la gente hace lo
que le dicen los medios que escogen para ser informados.
Y, en consecuencia,
para unos pocos millones de personas, el PP no es el “partido de la
corrupción”. Saben de sobra que hay corrupción en el PP, pero en
los medios que siguen, a este factor se le resta importancia,
mientras que otros factores se exageran para hacerlos mucho más
relevantes de lo que son.
En cambio, para
muchos millones de no-votantes del PP, ese partido es el “partido
de la corrupción” y es lo peor de lo peor, porque así lo
califican los medios que siguen.
Y las dos cosas a la
vez no pueden ser ciertas.
La información que los medios proporcionan no describe fielmente la realidad. Sin ser necesariamente falsa en su totalidad, en su mayor parte es un conglomerado de medias verdades -esto es, la peor de las mentiras-. Es sesgada, parcial. En unos medios hacia un lado, en otros, hacia otro.
La información que los medios proporcionan no describe fielmente la realidad. Sin ser necesariamente falsa en su totalidad, en su mayor parte es un conglomerado de medias verdades -esto es, la peor de las mentiras-. Es sesgada, parcial. En unos medios hacia un lado, en otros, hacia otro.
Así, esa
información hace que la gente vote al PP. Y lo mismo reza para
los demás.
Y sí, si todos los
medios fueran objetivos, imparciales, libres, e informaran de la
verdad completa, por supuesto que apoyarían al PP cuatro gatos.
Pero si así fuera,
también apoyarían a Podemos cuatro gatos.
Y al PSOE. Y a C's.
Y a todos los demás.
Si los medios
dijeran la verdad completa, no votaría ni el Tato.
Pero como no la
dicen, 25 millones de españoles votan a los partidos. Al PP entre
ellos.
Sin democracia
mediática, no puede haber democracia política.
Lo llaman democracia, y nunca lo ha sido.
Lo llaman democracia, y nunca lo ha sido.
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viernes, julio 14, 2017
¿Y qué opina C's?
Una escena de una
representación teatral:
Viernes 14 de julio
de 2017.
Abre el informativo
de las 15:00 en Castilla-La Mancha Televisión.
Avance de noticia: el PSOE
autonómico le ofrece a Podemos entrar en el ejecutivo para
desbloquear la aprobación de los presupuestos.
Tras el titular, una
portavoz de C's sale comentando la jugada.
Siguiente avance.
¿Qué falla en esta
escena?
Es obvio, ¿no?
Mientras la estaba viendo me estaba “chirriando” el cerebro.
Parece surrealista, de película de los Hermanos Marx.
¿Qué hace una
portavoz de un partido que no tiene representación parlamentaria en
la JCCM como único protagonista de una noticia que afecta a los dos
partidos del gobierno (el oficial y el oficioso)?
Desde un punto de
vista periodístico, es decir, atendiendo a su valor informativo, no
tiene el menor sentido. En condiciones normales, cabría esperar
primero declaraciones de los dos protagonistas, PSOE y Podemos. En
caso de querer ampliar la información, lo lógico es preguntar su
opinión al principal partido de la oposición, el PP. Y si después
de ello se quiere hacer una cobertura mayor, pues sí, sería
procedente una ronda de declaraciones de otros partidos relevantes a
nivel regional, como Ciudadanos e IU. Y si ya se pretende actuar
respetando los principios democráticos -que va a ser que no-, pues en
esa ronda habría que incluir también a otros, a los pequeños,
PACMA por ejemplo.
Esto es, que en
orden de relevancia parlamentaria/gubernativa, que es el que siempre
alegan los defensores de los medios de comunicación para ocultar la
censura, C's tendría que haber sido el cuarto partido en
aparecer soltando las bobadas habituales.
Pero ha sido el
único.
Surrealista. De
película de los Hermanos Marx.
O no.
Porque hay una
explicación bien sencilla para este hecho: CMM TV le hace
propaganda, gratis, a C's.
No es que sea algo
que deba sorprendernos. Un medio de comunicación costeado
públicamente haciendo propaganda gratuita a los partidos políticos.
Ha sucedido cada día desde que empezó este nuevo régimen político
electoralista.
Y en los medios
privados, lo mismo.
Lavacerebros 24x7.
Tampoco es que sea
una sorpresa que se le haga esa propaganda “extra” a C's.
Un poco después de la irrupción de Podemos, momento en el que C's era un partido minoritario en Cataluña -o sea, no era
nadie-, se le empezó a dar minutos en los grandes medios a nivel nacional. Muchos
minutos. Y C's se convirtió en un partido relevante. A base
de propaganda gratuita.
Lo que me ha llamado
la atención, primero, es lo “descarado” de la propaganda. Solos, en plan protagonista, sin “camuflarlo” entre
declaraciones de los actores principales.
Ni
siquiera se molestan en disimular. Tan aborregada está la masa
votante, que dan por sentado que no se van a dar cuenta ni de la
manipulación más grosera.
Lo segundo que me ha
llamado la atención es que sea una televisión del PSOE la que le
haga la propaganda a su rival político.
Pero claro, eso también tiene una explicación sencilla: PSOE y C's son dos productos que pertenecen al mismo dueño. Como lo son los demás partidos que salen en los medios.
Y es lógico y
normal que el dueño de un producto lo promocione en sus medios de
propaganda.
Fin del apunte.
Que continúe la
farsa.
¡Free, free,
Freedonia!
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jueves, julio 06, 2017
¡Somos vuestros amigos!
5 de marzo de 1921. La base naval de Kronstadt está sitiada por el Ejército Rojo. En ella resisten los marineros de Kronstadt, la última amenaza contra la dictadura del Partido Comunista tras la revolución de 1917.
Kronstad no era el último reducto del ejercito blanco, que había sido vencido meses antes. Los marineros de Kronstadt habían sido, hasta ese momento, puntal y orgullo de la revolución. Sus filas estaban formadas por anarquistas, socialistas revolucionarios, e incluso bolcheviques del partido comunista. Pero sus ideas sobre cómo debía ser el gobierno de Rusia diferían considerablemente de las de Lenin y los cabecillas del partido. Kronstadt defendía la autogestión, la libertad, la igualdad. No habían hecho la revolución para cambiar la dictadura zarista por la dictadura de un partido.
Pero la diferencia de fuerzas era abrumadora. Era cuestión de días que cayera Kronstadt.
En ese contexto, me llamó mucho la atención que algunos reconocidos intelectuales del anarquismo ruso remitieran una carta al gobierno exponiendo el daño que estaban haciendo "a la revolución" e instándoles a detener la agresión y a buscar un acuerdo negociado con Kronstadt. Una carta difícilmente explicable que denota una candidez impropia de personas con pleno uso de sus facultades mentales.
Por aquel entonces, las cárceles rusas llevaban tiempo rebosantes de anarquistas. Hacía escasos meses que el ejército rojo había arrasado la Ucrania majnovista, que, al igual que Kronstadt, había tenido la osadía de pretender auto-organizarse sin someterse al partido. La represión era ya una realidad patente y consolidada, y era absurdo seguir asumiendo que al gobierno le importaba lo más mínimo la libertad, el socialismo o la revolución, tal y como la entendían los anarquistas.
Pero sin embargo ahí estaban unos pocos todavía proponiendo -a los tiranos- pactos pacíficos y negociación.
Increíble. Impensable. Irracional.
Sin embargo, la ingenuidad de ese sector del anarquismo no es algo extraño. Al contrario, es, por desgracia, lo normal.
Al igual que, unos años antes, todavía muchos campesinos rusos pensaban que el Zar les amaba y que la tiranía a la que estaban sometidos era culpa de sus ministros y funcionarios corruptos -y que el Zar no sabía nada-, de igual manera, durante la revolución, al hacerse patente la represión, muchos revolucionarios todavía confiaban en el camarada Lenin, al que creían inocente e ignorante de todas las agresiones que venían sufriendo por parte de los cabecillas del partido.
Incluso mientras el gobierno difundía un discurso en el que se les acusaba literalmente de traidores y contrarrevolucionarios, se les encerraba, se les atacaba, se les fusilaba... todavía había muchos dentro del majnovismo, del anarquismo, del socialismo revolucionario, que pensaban que era posible la negociación o incluso, en el caso de los majnovistas, la coexistencia de una Ucrania autogestionada con una Rusia dictatorial.
Y qué decir de la ingenuidad posterior de los anarquistas en la guerra civil española, cuya consecuencia fue la traición, represión y aniquilación por parte del gobierno republicano.
Al pensar en estos hechos, me viene a la mente la imagen de los alienígenas de "¡Mars Attacks!", que, mientras van exterminando a los humanos, emiten con altavoces el mensaje ese de que "¡No temáis, somos vuestros amigos!".
Como si fuéramos tan ignorantes como para picar ante una mentira tan obvia.
Pues parece que lo somos.
Este "buenismo" de la izquierda es fatal.
Y hoy en día, por desgracia, sigue presente y plenamente vigente en nuestra sociedad.
Proceso electoral tras proceso electoral, podemos ver como los embaucadores de turno prometen y prometen parabienes para la gente, incumplen sus promesas una y otra vez, y la gente les sigue votando.
El deterioro social es evidente, y la gente les sigue votando.
Se vive cada vez peor, y la gente les sigue votando.
La represión ha dejado de hacerse soterradamente, se ejecuta visiblemente con impunidad, y la gente les sigue votando.
La Historia nos enseña lecciones, una y otra vez.
Pero no aprendemos.
Kronstad no era el último reducto del ejercito blanco, que había sido vencido meses antes. Los marineros de Kronstadt habían sido, hasta ese momento, puntal y orgullo de la revolución. Sus filas estaban formadas por anarquistas, socialistas revolucionarios, e incluso bolcheviques del partido comunista. Pero sus ideas sobre cómo debía ser el gobierno de Rusia diferían considerablemente de las de Lenin y los cabecillas del partido. Kronstadt defendía la autogestión, la libertad, la igualdad. No habían hecho la revolución para cambiar la dictadura zarista por la dictadura de un partido.
Pero la diferencia de fuerzas era abrumadora. Era cuestión de días que cayera Kronstadt.
En ese contexto, me llamó mucho la atención que algunos reconocidos intelectuales del anarquismo ruso remitieran una carta al gobierno exponiendo el daño que estaban haciendo "a la revolución" e instándoles a detener la agresión y a buscar un acuerdo negociado con Kronstadt. Una carta difícilmente explicable que denota una candidez impropia de personas con pleno uso de sus facultades mentales.
Por aquel entonces, las cárceles rusas llevaban tiempo rebosantes de anarquistas. Hacía escasos meses que el ejército rojo había arrasado la Ucrania majnovista, que, al igual que Kronstadt, había tenido la osadía de pretender auto-organizarse sin someterse al partido. La represión era ya una realidad patente y consolidada, y era absurdo seguir asumiendo que al gobierno le importaba lo más mínimo la libertad, el socialismo o la revolución, tal y como la entendían los anarquistas.
Pero sin embargo ahí estaban unos pocos todavía proponiendo -a los tiranos- pactos pacíficos y negociación.
Increíble. Impensable. Irracional.
Sin embargo, la ingenuidad de ese sector del anarquismo no es algo extraño. Al contrario, es, por desgracia, lo normal.
Al igual que, unos años antes, todavía muchos campesinos rusos pensaban que el Zar les amaba y que la tiranía a la que estaban sometidos era culpa de sus ministros y funcionarios corruptos -y que el Zar no sabía nada-, de igual manera, durante la revolución, al hacerse patente la represión, muchos revolucionarios todavía confiaban en el camarada Lenin, al que creían inocente e ignorante de todas las agresiones que venían sufriendo por parte de los cabecillas del partido.
Incluso mientras el gobierno difundía un discurso en el que se les acusaba literalmente de traidores y contrarrevolucionarios, se les encerraba, se les atacaba, se les fusilaba... todavía había muchos dentro del majnovismo, del anarquismo, del socialismo revolucionario, que pensaban que era posible la negociación o incluso, en el caso de los majnovistas, la coexistencia de una Ucrania autogestionada con una Rusia dictatorial.
Y qué decir de la ingenuidad posterior de los anarquistas en la guerra civil española, cuya consecuencia fue la traición, represión y aniquilación por parte del gobierno republicano.
Al pensar en estos hechos, me viene a la mente la imagen de los alienígenas de "¡Mars Attacks!", que, mientras van exterminando a los humanos, emiten con altavoces el mensaje ese de que "¡No temáis, somos vuestros amigos!".
Como si fuéramos tan ignorantes como para picar ante una mentira tan obvia.
Pues parece que lo somos.
Este "buenismo" de la izquierda es fatal.
Y hoy en día, por desgracia, sigue presente y plenamente vigente en nuestra sociedad.
Proceso electoral tras proceso electoral, podemos ver como los embaucadores de turno prometen y prometen parabienes para la gente, incumplen sus promesas una y otra vez, y la gente les sigue votando.
El deterioro social es evidente, y la gente les sigue votando.
Se vive cada vez peor, y la gente les sigue votando.
La represión ha dejado de hacerse soterradamente, se ejecuta visiblemente con impunidad, y la gente les sigue votando.
La Historia nos enseña lecciones, una y otra vez.
Pero no aprendemos.
domingo, junio 25, 2017
Democracia para esclavos
En el siglo I a.C.
nació y vivió en la República de Roma un esclavo muy peculiar. Se
llamaba Tirón, y fue secretario y confidente de Cicerón, el famoso
orador. Tirón recibió educación, hasta el punto que no sólo sabía
leer y escribir, sino que, entre otras muchas cosas destacables, fue
el inventor de un sistema taquigráfico que ha pervivido hasta
nuestros días (“&”, “Etc.”).
Tirón, pese a ser
un esclavo, fue un privilegiado, si se compara con otros esclavos de
su época, de otras épocas, incluso con muchas personas libres que
han vivido y sufrido en todas partes desde el inicio de los tiempos.
Fue bien tratado, tenía el sustento asegurado, tenía una
considerable libertad para moverse y actuar según su criterio...
incluso tenía dinero propio, cosa que no era rara entre determinados
esclavos en Roma en aquellos tiempos. Tiempos en los que no era
extraño que incluso algunas personas se vendieran a sí mismas para
poder escapar de la miseria y la muerte segura que les esperaba si
seguían siendo “libres”.
Sólo un necio
dejaría de apreciar la calidad de vida de la que disfrutó Tirón.
Pero, pese a ello, nadie afirmaría que Tirón disfrutaba de libertad
o que tenía los derechos civiles que correspondían a un ciudadano
romano libre. Porque Tirón era, oficialmente, un esclavo.
Hoy en día muchos
disfrutamos en España de una calidad de vida privilegiada, si nos
comparamos con otros países u otros tiempos. Incluso disfrutamos de
libertad para ir casi a donde queramos e incluso para protestar
abiertamente contra gobiernos e injusticias.
Pero la mayoría de
la gente da por sentado que estos privilegios son producto de que en
España, hoy, tenemos una democracia.
Sin motivo ni
justificación alguna. Porque sí.
Es lo que dice el
dogma oficial. La teleprogramación.
Sin embargo, ya
hemos visto que privilegios y calidad de vida no son producto exclusivo de la
democracia: también los puede tener un esclavo, siempre y cuando al
amo le convenga concedérselos.
Y hoy, en España, y
en algunos de los países de nuestro entorno, a los “amos” les
está conviniendo condedernos algunos privilegios. Por circunstancias
ajenas a nosotros, entre otras, por la lucha y sacrificios que
hicieron otros que vivieron antes que nosotros, que consiguieron
arrancar a los poderosos esos privilegios que hoy
disfrutamos -y algunos más que ya hemos perdido-.
Pero son
privilegios, dádivas, cesiones de los amos. No son derechos propios
de una democracia.
Si tuviéramos derechos, estos no nos podrían ser arrebatados a conveniencia del Poder.
Si tuviéramos derechos, estos no nos podrían ser arrebatados a conveniencia del Poder.
Hoy, en España, nos
dicen que tenemos derecho a una vivienda digna, y sí, algunos
tenemos nuestra casa, pero a otros los echan de las suyas.
Nos dicen que
tenemos derecho a asistencia sanitaria, y sí, a veces en los centros
de salud nos atienden e incluso salvan nuestras vidas. Pero a algunos
los colocan en una lista de espera y cuando les toca el turno, ya es
tarde, y otros sufren negligencia y maltrato a consecuencia de la
escasez deliberada de personal, instalaciones, recursos.
Nos dicen que
tenemos derecho a un trabajo digno, pero muchos son explotados con
jornadas propias de épocas pasadas y reciben a cambio salarios cada
vez más miserables.
Nos dicen que
tenemos libre derecho de reunión y manifestación, pero a algunos
los apalean los matones oficiales del Régimen, y a otros los meten
en la cárcel por montar un teatro de títeres o los multan por
repartir propaganda.
Nos dicen que
tenemos derecho a la vida, pero intoxican el aire que respiramos y el
agua y alimentos que consumimos con sustancias cancerígenas que
acaban con nuestras vidas.
No tenemos derechos. Si los tuviéramos, podríamos garantizarlos, universalmente, para todos los seres humanos de este planeta, utilizando el Poder que proporciona a los pueblos la Democracia.
No tenemos derechos. Si los tuviéramos, podríamos garantizarlos, universalmente, para todos los seres humanos de este planeta, utilizando el Poder que proporciona a los pueblos la Democracia.
Que he dicho para
TODOS, sí. Si nosotros tenemos un “derecho” y nuestro vecino no
lo tiene, no es un derecho. Es un privilegio.
Y hoy, en este mundo
globalizado, nuestros “vecinos” son todos los habitantes del
planeta.
La Libertad y la Democracia, cuando las hay, son para TODOS.
Los derechos, cuando los hay, son
para TODOS.
Los privilegios, para algunos.
Y hoy no podemos
garantizarnos esos derechos. Porque no tenemos Democracia. No tenemos
Poder.
Democracia es
gobierno del pueblo. Y no gobernamos.
Votamos,
pero no gobernamos.
Disfrutamos de unos
privilegios concedidos graciosamente por los poderosos, en tanto les
convenga concedérnoslos.
Privilegios que
están siendo retirados ante la pasividad y sumisión que mostramos
últimamente.
Lógico y normal: si
saben que no nos vamos a defender, los poderosos nos pisotean un poco
más.
Y seguirán
haciéndolo mientras sigamos llenando obedientemente SUS urnas con
nuestros votos.
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miércoles, junio 21, 2017
"Izquierda" y "Derecha"
En estos tiempos de
ignorancia y manipulación mediática generalizada, el término “democracia”
no es el único que ha sido corrompido, en este caso para hacer creer
a la gente en la farsa de los sistemas políticos
parlamentarios “representativos”. Otras muchas palabras o ideas
son tergiversadas una y otra vez en los medios de propaganda del
Régimen, al igual, como no, que la Historia, que ha sido debidamente
reescrita en parte, y olvidada por otro lado.
Como todos habréis
leído ya “1984” sabréis perfectamente a qué me refiero.
Con el concepto de
“izquierda” también han hecho lo mismo.
Hoy en día se oye
mucho eso de que lo de “izquierda” y “derecha” es cosa del
pasado, que a estas alturas esos términos ya no tienen sentido. Y en
realidad es cierto, tan corrompidos están por la manipulación. Y es
que, al igual que pasa con la “democracia”, casi todo lo que hoy
se toma por “izquierda”, tampoco lo es.
Pero para combatir
el lavado de cerebro está el sentido común, así que ahí vamos con
ello. Empiezo con la derecha:
La “derecha” es
y siempre ha sido ese sector de la sociedad que defiende la
desigualdad. Son los que quieren que unos manden y otros
obedezcan. Que unos tengan mucho y otros poco -o nada-. Que haya
ricos y pobres.
Naturalmente, esa
desigualdad se extiende a todos los niveles, no sólo a lo económico:
castas, razas, clases sociales, naciones... y con ello, fronteras,
patrias y banderas.
La sociedad que
defiende la derecha es la del egoísmo como base de la conducta
humana: todos compitiendo contra todos (individual y colectivamente)
y que gane el que más se lo merezca. La ley del más fuerte.
A lo más “noble”
que aspira una parte de la derecha -los “liberales”- es a una mal
llamada “libertad” -otro término corrompido-, que ellos
entienden como el debilitamiento de los gobiernos, para que estos no
puedan recortar los beneficios de los que han tenido éxito en esa competición amoral y despiadada que ellos
llaman “civilización”.
Esta posición se
justifica de muchas maneras: que no se puede evitar, que el mundo es
así, que la gente es egoísta por naturaleza, que siempre ha habido
líderes y seguidores, que no hay recursos suficientes para todos,
que si se da pan gratis la mayoría no trabajarían porque son unos
vagos...
Dogmas y bobadas,
pero por desgracia, grabadas a fuego en los cerebros de demasiadas
personas.
Por otro lado, la
“izquierda” es, obviamente, lo contrario: la izquierda defiende
la igualdad. Que no haya unos que manden y otros que obedezcan, que
los recursos disponibles se repartan equitativamente, que no haya
ricos ni pobres.
Esto es, una
sociedad basada en el altruismo, el respeto mutuo, la cooperación,
la solidaridad, la justicia... y como para que exista todo eso debe
existir también libertad y democracia -las de verdad-, pues libertad
y democracia también son izquierda.
En base a ello,
podemos posicionar realmente a actores presentes y pasados. Por
ejemplo, al contrario de lo que predica el dogma oficial, el gobierno
soviético “comunista” queda identificado, sin lugar a la duda,
con la derecha. ¿Y el actual de Venezuela? Derecha. ¿Cuba? Derecha.
¿USA? Derecha. ¿España? Derecha. Etc.
En todos esos países
hay unos pocos que mandan y un pueblo que obedece. En todos hay
pobres y ricos. En todos gobierna la derecha.
Y con los partidos
políticos lo mismo:
¿Qué partido hoy en día funciona sin jerarquías, sin líderes y
seguidores?
¿Cuál defiende un
gobierno del pueblo, esto es, con asambleas y referéndum, con
ciudadanos -todos iguales- elegidos por sorteo, ejerciendo los cargos
de forma temporal y rotatoria?
Todos los partidos
políticos son de derechas (me refiero, como siempre, a los que
cuentan, esto es, los que salen por la tele).
Y sus líderes, lo
mismo. Por ejemplo, Iglesias el Gran Líder Supremo, ¿izquierda?
Venga ya.
Y así, al
contrario, una vez más, de lo que predica el dogma oficial, hoy nos
encontramos con que la izquierda es una reducidísima minoría, en
España, y en prácticamente todo el mundo.
Una minoría además
invisible, porque está ausente de la televisión y de los
parlamentos, herramientas ambas del Poder establecido, de los más
ricos, de los triunfadores en la competición de la ley del más
fuerte, del capitalismo, del neoliberalismo, esto es, de la derecha.
Izquierda y Derecha.
Conceptos tan válidos hoy como en el pasado, fundamentales para
ayudarnos a entender la sociedad que nos rodea.
Siempre y cuando uno rechace el dogma oficial y use la cabeza.
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miércoles, junio 14, 2017
El gran error de la izquierda (y III)
Capitalismo en lo
económico. Representación en lo político.
Tanto monta, monta
tanto, Isabel como Fernando.
El Capitalismo como
sistema económico y la Representación como sistema político han
evolucionado y se han adaptado -en términos darwinistas-. A día de
hoy, han conseguido imponerse globalmente sobre los demás sistemas
“competidores”, cada uno en su ámbito.
Han sido “los más
fuertes”. Han alcanzado la hegemonía. Temporalmente.
Sin embargo no lo
han hecho de forma independiente. Política y Economía han ido de la
mano, vinculadas, interrelacionadas, desde que hicieron acto de
presencia simultánea, en algún momento y lugar de nuestra Historia.
Capitalismo y
Representación han evolucionado juntos, se han hecho más fuertes
juntos. Se han alimentado mutuamente, se han apoyado, se han
reforzado uno al otro.
Simbiosis.
La actual hegemonía
del capitalismo como sistema económico universal no sería posible
sin la complicidad de los políticos profesionales de todo el mundo,
que, desde su aparición, han servido a los ricos y poderosos, han
ejecutado políticas que les han permitido enriquecerse y empoderarse
cada vez más -a costa del Pueblo, casi siempre-, y han legislado
para consolidar esas políticas y ese sistema.
Por su parte, los
actuales partidos y líderes políticos “representativos” de todo
el mundo no estarían donde están sin el apoyo del Poder económico
y sus grandes medios de comunicación, que les han proporcionado los
votos que han necesitado para estar ahí.
Ese poder económico
también ha usado la maquinaria propagandística para vender las
bondades imaginarias de la Representación como sistema político,
incluso para convertirla, a ojos de casi todos, en “democracia”.
Más aún, el Poder
económico ha tumbado gobiernos, ha provocado boicots, golpes de
estado, revoluciones, guerras, para establecer gobiernos afines y/o
regímenes representativos -”democracia occidental”, lo llaman-,
allá donde le ha convenido.
Capitalismo y
Representación comparten éxito, y comparten destino. Son dos caras
de la misma moneda.
No se puede
reemplazar uno sin reemplazar al otro.
Es estéril intentar
atacar o modificar sustancialmente el Capitalismo mientras este
sistema esté protegido por el poder político.
Por ejemplo, es
estéril reivindicar el no pago de la deuda, o una renta básica en
España, mientras los políticos que gobiernan -aquí y en todas
partes- sirvan a los que quieren cobrar la deuda y a los que les
conviene una buena cantidad de precariedad y miseria en este país,
que les proporciona todos los trabajadores desesperados a precio de
saldo que desean.
Y es estéril poner
en marcha modelos económicos alternativos, bitcoins y faircoins,
monedas sociales, mercadillos de trueque, bolsas de tiempo,
cooperativas o asociaciones de consumidores responsables... con un
sistema político entorpeciendo y desincentivando por un lado,
favoreciendo la competencia desleal por otro.
Y así llegamos de
nuevo al gran error de la izquierda de hoy. Pretender cambiar el
sistema económico sin cambiar el sistema político. Pretender
obtener una “economía del bien común” sin obtener
simultáneamente una “política del bien común”, esto es, una
democracia real.
Si queremos un
sistema económico justo, necesitamos democracia.
Y no la tenemos.
O trabajamos por
ambas cosas a la vez, o no tendremos ninguna de ellas.
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jueves, junio 08, 2017
El gran error de la izquierda (II)
Una parte
-demasiado pequeña- de las personas de izquierdas de hoy en día,
aún mantiene la lucidez suficiente como para tener claro que, para
poder alcanzar ese “Pan, Trabajo, Techo, e Igualdad” al que
aspiran, es imperativo erradicar una lacra cuya mera existencia hace
inviable la consecución de esos objetivos: el actual sistema
económico, esto es, el Capitalismo.
Hoy, el Capitalismo
establece las reglas de forma global. Y la consecuencia directa de la
aplicación de esas reglas es la tendencia a generar, sostener y
aumentar las desigualdades e injusticias.
Por ejemplo, la
Pobreza, que es consecuencia directa del sistema económico que la
genera. O los déficit en atención sanitaria -tanto en la “Sanidad
Pública” como en la privada-, que son consecuencia directa de la
priorización de lo económico sobre la vida humana. Etc.
Mientras sigan
funcionando las mismas reglas económicas, ninguna lucha por cambiar las cosas tendrá efectos importantes o duraderos. Las trabas que impone
el sistema económico impiden los grandes objetivos, mientras que las
victorias parciales que se arrancan con tanto sacrificio, con los
años, acaban por perderse de nuevo.
Como bien hemos
podido comprobar hoy en día en nuestro país.
Cuando las reglas
son perversas, cuando condicionan absolutamente el resultado final de
lo que hacemos, no queda más remedio que cambiarlas si queremos
resultados suficientes y permanentes.
Y por ello, hay
personas de izquierdas que tienen claro que el Capitalismo es parte
del problema.
Y en consecuencia,
trabajan por modelos económicos diferentes variados, desde la
clásica abolición de la propiedad privada, hasta la reciente,
reformista y moderada propuesta de la “Economía del Bien Común” de Christian Felber, mucho más digerible para el domesticado
ciudadano medio europeo de hoy en día.
Pero casi todas esas
personas bienintencionadas se dejan el trabajo a medias.
Y es que, la misma
lógica que se aplica a la Economía, igual hay que aplicarla a la
Política: si el sistema económico es parte del problema, obviamente
el sistema político también tiene que serlo. Exactamente por los
mismos motivos: el sistema político hegemónico hoy en día, la
“Representación” -con sus partidos políticos y sus
parlamentos-, también impone las reglas a consecuencia de las cuales
llegan la desigualdad y la injusticia.
Si cambiar las cosas
requiere del cambio del perverso sistema de reglas en lo económico,
por lógica también requerirá del cambio del perverso sistema de
reglas en lo político.
De cajón.
Por desgracia, la
consciencia de este hecho, pese a ser de sentido común, no está en las
mentes de casi nadie. El lavado de cerebro funciona.
Y a consecuencia de
ello, ahí tenemos a la gente de izquierdas pretendiendo defender sus
objetivos, codo con codo con políticos y demás actores del
Régimen, sujetos estos cuya misión es precisamente que esos
objetivos se alcancen en el menor grado posible.
Y ahí tenemos a la
gente de izquierdas pidiendo a la gente que se una a la “lucha”,
codo con codo con políticos y demás actores del Régimen, que
están ahí precisamente para mantener a la gente fuera de esa lucha,
sumisa, dependiente, inmadura, limitada políticamente a echar un
voto a una urna cada cuatro años.
Esto es, codo con
codo con aquellos que trabajan contra la Democracia.
No se puede ser más
incoherente.
Y por ahí, vamos
mal. Por ahí sólo hay más Régimen. Por ahí está el Sistema.
Lo llaman
democracia, y nunca lo ha sido.
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