jueves, marzo 16, 2017

El Gobierno de Castilla-La Mancha veja y humilla a los profesores

Si un superior jerárquico se acercara a mí en el trabajo, y me dijera que no se me permite disfrutar de un derecho -a conciliar la vida familiar y laboral- que la ley me reconoce, mientras que otros compañeros sí lo disfrutan, me sentiría discriminado.
Si ese superior me tratara como un imbécil dándome una justificación absurda y pueril para privarme de ese derecho, a la vez que me culpabiliza de no sé cuántos males y, además, lo hace público, me sentiría, posiblemente, vejado y humillado.
Pero si ese superior fuera un alto cargo de la Consejería de Educación de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, y los perjudicados fueran los profesores de primaria o secundaria, pues tal vez estaría acostumbrado a ser vejado y humillado y tampoco pasaría nada por una más.

El pasado 1 de enero de este año entró en vigor en Castilla-La Mancha una norma interna que básicamente suprime el derecho de acudir a las tutorías de sus hijos a profesores que sean padres. Pueden leer la circular que se envió al profesorado aquí.
Hay que leerla -y alucinar- para entender lo que expongo a continuación.

No creo que sea necesario entrar en la argumentación con la que se justifica la medida, ratificada además por un juzgado. Cualquier ser humano con más de 5 años y una capacidad de raciocinio normal se daría cuenta de la ridiculez de la justificación que se da.
Aunque bien pensado, como de raciocinio andamos más bien escasos en este país, voy a dar una pista. A ver si alguien me explica cómo un profesor y padre -o profesora y madre- que trabaja, digamos en... Campo de Criptana, con más de 20 horas lectivas y, por consiguiente, sin apenas huecos “sin alumnos” en su horario, puede encontrar ese “momento más adecuado” para viajar al colegio de sus hijos en, digamos... Ciudad Real capital... por ejemplo... asistir a la tutoría -que por supuesto coincidirá fácilmente con el “momento más adecuado” del tutor-, y volver después a Campo de Criptana, todo ello, sin perder una clase.

Igual han inventado ya los viajes en el tiempo y no me he enterado. Y el Juez ese de Cuenca y el Inspector General de Educación lo saben, y claro, por eso esta norma. Desde el pasado 1 de enero los profesores de Castilla-La Mancha deben estar pasándoselo pipa saltando en el tiempo una y otra vez desde los portales temporales que ya debe haber funcionando en colegios e institutos.

A ver cuándo me ponen un portal de esos en mi curro.

En fin, bromas aparte, la única explicación que me viene a la mente sobre la imposición de esta norma aberrante es la obvia: es por joder. Con perdón.
Nuestros dirigentes desprecian y aborrecen la Educación y, por extensión, a los profesores. Siempre ha sido así, y así sigue siendo.

Y si hay algo a lo que un político tiene miedo, pavor diría yo, es a un pueblo bien educado, sabio, racional. ¿De dónde saldrían sus votos si los ciudadanos supieran y razonaran?

Así que nuestros políticos, siguiendo la tradición caciquil característica de nuestra región, se dedican a vejar y humillar a los profesores y, de paso, a empeorar sus condiciones laborales todo lo que pueden. Entre otras labores.

Y claro, es difícil que un buen profesor -o uno normal- esté motivado para educar adecuadamente a los alumnos si se le trata como basura.
Y aún así, increíblemente, alguno aguanta. Y lo hace bien. Por vocación.
Pero son los menos. La mayoría, como no puede ser de otra manera, se acaba quemando.

Ese es el “Sistema Educativo” en el que se escolariza -que no educa, no es lo mismo escolarizar que educar- a los niños y adolescentes castellanomanchegos.
Y así nos va.



Vejar: Maltratar, molestar, perseguir a alguien, perjudicarle o hacerle padecer.

Humillar: Herir el amor propio o la dignidad de alguien.



P.D. Fina la ironía de que, un profesor que parte de su trabajo es atender a los padres de sus alumnos en las tutorías correspondientes, no pueda a su vez acudir a las tutorías de sus hijos. Tengo que reconocer que esta vez se lo han currado los mandamases de la Junta.
Les costará superarlo... pero seguro que lo harán.

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