En estos tiempos de
ignorancia y manipulación mediática generalizada, el término “democracia”
no es el único que ha sido corrompido, en este caso para hacer creer
a la gente en la farsa de los sistemas políticos
parlamentarios “representativos”. Otras muchas palabras o ideas
son tergiversadas una y otra vez en los medios de propaganda del
Régimen, al igual, como no, que la Historia, que ha sido debidamente
reescrita en parte, y olvidada por otro lado.
Como todos habréis
leído ya “1984” sabréis perfectamente a qué me refiero.
Con el concepto de
“izquierda” también han hecho lo mismo.
Hoy en día se oye
mucho eso de que lo de “izquierda” y “derecha” es cosa del
pasado, que a estas alturas esos términos ya no tienen sentido. Y en
realidad es cierto, tan corrompidos están por la manipulación. Y es
que, al igual que pasa con la “democracia”, casi todo lo que hoy
se toma por “izquierda”, tampoco lo es.
Pero para combatir
el lavado de cerebro está el sentido común, así que ahí vamos con
ello. Empiezo con la derecha:
La “derecha” es
y siempre ha sido ese sector de la sociedad que defiende la
desigualdad. Son los que quieren que unos manden y otros
obedezcan. Que unos tengan mucho y otros poco -o nada-. Que haya
ricos y pobres.
Naturalmente, esa
desigualdad se extiende a todos los niveles, no sólo a lo económico:
castas, razas, clases sociales, naciones... y con ello, fronteras,
patrias y banderas.
La sociedad que
defiende la derecha es la del egoísmo como base de la conducta
humana: todos compitiendo contra todos (individual y colectivamente)
y que gane el que más se lo merezca. La ley del más fuerte.
A lo más “noble”
que aspira una parte de la derecha -los “liberales”- es a una mal
llamada “libertad” -otro término corrompido-, que ellos
entienden como el debilitamiento de los gobiernos, para que estos no
puedan recortar los beneficios de los que han tenido éxito en esa competición amoral y despiadada que ellos
llaman “civilización”.
Esta posición se
justifica de muchas maneras: que no se puede evitar, que el mundo es
así, que la gente es egoísta por naturaleza, que siempre ha habido
líderes y seguidores, que no hay recursos suficientes para todos,
que si se da pan gratis la mayoría no trabajarían porque son unos
vagos...
Dogmas y bobadas,
pero por desgracia, grabadas a fuego en los cerebros de demasiadas
personas.
Por otro lado, la
“izquierda” es, obviamente, lo contrario: la izquierda defiende
la igualdad. Que no haya unos que manden y otros que obedezcan, que
los recursos disponibles se repartan equitativamente, que no haya
ricos ni pobres.
Esto es, una
sociedad basada en el altruismo, el respeto mutuo, la cooperación,
la solidaridad, la justicia... y como para que exista todo eso debe
existir también libertad y democracia -las de verdad-, pues libertad
y democracia también son izquierda.
En base a ello,
podemos posicionar realmente a actores presentes y pasados. Por
ejemplo, al contrario de lo que predica el dogma oficial, el gobierno
soviético “comunista” queda identificado, sin lugar a la duda,
con la derecha. ¿Y el actual de Venezuela? Derecha. ¿Cuba? Derecha.
¿USA? Derecha. ¿España? Derecha. Etc.
En todos esos países
hay unos pocos que mandan y un pueblo que obedece. En todos hay
pobres y ricos. En todos gobierna la derecha.
Y con los partidos
políticos lo mismo:
¿Qué partido hoy en día funciona sin jerarquías, sin líderes y
seguidores?
¿Cuál defiende un
gobierno del pueblo, esto es, con asambleas y referéndum, con
ciudadanos -todos iguales- elegidos por sorteo, ejerciendo los cargos
de forma temporal y rotatoria?
Todos los partidos
políticos son de derechas (me refiero, como siempre, a los que
cuentan, esto es, los que salen por la tele).
Y sus líderes, lo
mismo. Por ejemplo, Iglesias el Gran Líder Supremo, ¿izquierda?
Venga ya.
Y así, al
contrario, una vez más, de lo que predica el dogma oficial, hoy nos
encontramos con que la izquierda es una reducidísima minoría, en
España, y en prácticamente todo el mundo.
Una minoría además
invisible, porque está ausente de la televisión y de los
parlamentos, herramientas ambas del Poder establecido, de los más
ricos, de los triunfadores en la competición de la ley del más
fuerte, del capitalismo, del neoliberalismo, esto es, de la derecha.
Izquierda y Derecha.
Conceptos tan válidos hoy como en el pasado, fundamentales para
ayudarnos a entender la sociedad que nos rodea.
Siempre y cuando uno rechace el dogma oficial y use la cabeza.
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